Actualmente existen muchos tipos de terapias, como terapias con animales, terapias de texturas, terapias de meditación, entre otras, pero ¿sabías que también existe la terapia con fotografías? Esta terapia se le denomina fototerapia y es uno de los métodos más novedosos para ayudar psicológicamente a las personas que requieran de dicha ayuda.
Si deseas saber cómo y por qué se usa la fotografía como terapia, en este artículo te aportaremos información relevante a este interesante tema, así que mantente atento.
¿Por qué se usa la fotografía como terapia ocupacional?
La terapia ocupacional es aquella ideada para ayudar a las personas a participar en tareas que necesitan realizar mediante la utilización terapéutica de actividades diarias. Algunas intervenciones comunes en terapia ocupacional incluyen emplear la fotografía.
La terapia ocupacional con fotografía consiste en conectar al paciente con el mundo de la fotografía. Se le puede pedir que incluya este tipo de arte en su vida para que así descubra una nueva capacidad y a la vez, sus fotografías servirán para que el terapeuta pueda descifrar lo que lleva dentro el paciente.
Esta es una de las terapias ocupacionales favoritas de muchos pacientes, pues es algo que los entretiene y que disfrutan mucho, además, se puede convertir en un hobby para ellos. Este tipo de terapia también ayuda a la persona a olvidarse de los problemas que pueda tener y concentrarse en algo productivo.
Cómo se usa la fotografía como terapia por imágenes
Fotografiar es una actividad muy saludable, y muchos terapeutas se han dado cuenta de ello, por eso la han implementado como terapia para diferentes trastornos psicológicos.
Aunque por lo general el observador de una fotografía no toma en cuenta el punto de vista del fotógrafo, la realidad es que, una foto habla mucho de la personalidad de la persona que la fotografía, pues crea una conexión entre sus gustos y la realidad.
Por lo general, el ser humano cuando captura una imagen con su móvil o cámara fotográfica, lo hace con las cosas que les gustan, pues desean recordar esas cosas que lo hacen feliz. Por eso, las imágenes son un excelente instrumento de comunicación y han resultado ser muy útiles para los terapeutas.
Las imágenes son un reflejo del alma. Cuando un terapeuta desea ayudar a una persona con problemas de comunicación mediante terapia fotografía, le pide sus fotografías, tanto aquellas que han sido capturadas a personas como a objetos, pues dichas imágenes servirán para saber lo que piensa y siente el paciente.
Esta terapia consiste prácticamente en observar las fotos tomadas por el paciente, las fotos hechas al paciente por otras personas, selfies, fotografías familiar con el fin de profundizar en los recuerdos, sentimientos, emociones evocadas en esas fotos.
El terapeuta se encarga de guiar la terapia de manera amena, haciendo preguntas y ayudando al paciente a su descubrimiento personal. Este tipo de terapia se trata de un viaje exploratorio a los sentimientos del paciente, y el objetivo principal es enfrentar un trauma o bloqueo.
Cómo se usa la fotografía como terapia física
Las terapias fotográficas no solo pueden ayudar a los pacientes que tienen problemas de comunicación o aquellos que tienen un problema de identidad. Este tipo de terapia también resulta muy útil para las personas que viven aisladas del mundo, aquellas que no desean salir de su casa por culpa de la depresión.
La depresión es una condición que puede ser completamente debilitante. Esta puede llegar a causar desde pensamientos ansiosos hasta pánico, por eso, se puede dificultar la vida cotidiana de la persona que padece de este trastorno.
Estudios han demostrado que se pueden reducir los efectos de la depresión mediante terapia artística, como la fotografía.
Uno de los factores clave que toman en cuenta los fotógrafos al emplear la fotografía como terapia es la perspectiva, es decir, el punto de vista de la cámara, la cual describe la relación entre los objetos de una imagen. Pero la perspectiva en la fotografía terapéutica es diferente, este busca descifrar la forma en la que el paciente con depresión ve las cosas de su alrededor.
La perspectiva fotográfica de un individuo con problemas psicológicos se guía por su propia experiencia. Por eso, una persona que sufre de ansiedad puede ver el mundo a través de un prisma de ansiedad.
Cuando el terapeuta busca ayudar al paciente con problemas depresivos mediante la fotografía, desvía la atención de la ansiedad hacia la imagen, buscando alejar el trastorno de su mente. Esto contribuye a la liberación de tensión en el paciente y permite que puedan ver el mundo de forma diferente, lo que les ayuda a salir del aislamiento.
Por supuesto, la fotografía como terapia no ser tan laboriosa como una sesión de gimnasio, pero no se puede dejar de lado las excelentes ventajas que reporta en los pacientes que tienen síntomas depresivos.
Ejemplos de ejercicios del uso de la fotografía como terapia
Cada fotografía es una especie de “espejo con memoria”. Estas fotos hacen visible las historias de la persona y quizás también estén señalando hacia donde están encaminándose. Incluso las postales, fotos de revistas y fotos tomadas por otros, pueden proporcionar pistas sobre lo que piensa el paciente.
La mayoría de las personas tiene fotos en su entorno, sin detenerse a considerar por qué. Pero, la realidad es que estas son un registro de momentos cotidianos de mucho valor. Los terapeutas saben que las fotos ofrecen una alternativa para mirar hacia el interior de los pacientes de una manera no verbal.
Los terapeutas realizan los ejercicios de fotografía terapéutica mediante 5 tipos de fotos. Estas son las siguientes:
Fotos del paciente tomadas por otras personas, tanto posadas como espontáneas.
Fotos tomadas por el paciente, ya sea mediante cámara fotográfica o móvil.
Autorretrato o selfies.
Fotos familiares o autobiográficas. Estas son las que tradicionalmente están guardadas o en las paredes, escritorios, billeteras de los pacientes.
Foto-Proyectivas. Esta busca saber el concepto del paciente sobre fotos no tomadas por él mismo. La interpretación de cualquier foto es diferente según cada persona.
Con las diferentes fotografías obtenidas del paciente, el terapeuta busca guiarlo y encaminarlo hacia lo que verdaderamente revelan sus sentimientos y pensamientos. Mediante preguntas y razonamientos lógicos los ayudan a llegar a conclusiones que resultaran útiles para que lleguen a ser personas que actúen con sabiduría práctica.
Hoy en día, las personas están muy conectadas al mundo electrónico y digital. Por eso, cada vez se sienten más cómodos con la idea de tomar y compartir fotos, ya sea de ellos mismos o de cosas cotidianas, lo que se convierte en un excelente recurso para los terapeutas favoreciendo la terapia fotográfica ante algunos problemas psicológicos.
